Por: Manuel José Montañez (Revista DEBATE ABIERTO)
El socialismo desde que nació a servido a muchos para calificar determinadas situaciones de orden político social y económico que incumben a la sociedad y las relaciones de ésta con su entorno o con el medio ambiente inclusive. Todos le han prestado atención e incluso lo utilizaron para justificar sus proyectos políticos. Hitler lo usó y terminó llamando su movimiento político “Nacional Socialista”, descrito perfectamente en su “obra” literaria, Mi Lucha. Los ‘fascio di combattimento” de Mussolini; las huestes de Primo De Rivera en España o los seguidores del Régimen Corporativista de Oliveira Salazar en Portugal, abrazaron dichos preceptos como una vía para contener el comunismo.Karl kautsky, el sempiterno adversario y después enemigo político de Lenín, al dividir el movimiento revolucionario ruso (bolchevique), terminó denominando su movimiento político socialista, socialdemócrata con lo que le dio nacimiento a lo que después se conoció como los “mencheviques”.Karl Marx en su obra nos habla también de la existencia de varios tipos de socialismos. Destaca que hay un socialismo burgués; que existe otro también nacido desde la pequeña burguesía. Que incluso hay un socialismo feudal. En fin, que a la luz de sus estudios de la Europa de su época (y nosotros incluso en la actualidad no escapamos a ello), surgieron varios conceptos en torno a la idea de socialismo.Los estudiosos de la cristiandad nos señalan que con el nacimiento del cristianismo existió un modo de vida socialista, de manera que terminaron calificando a los cristianos que vivían y se escondía en las catacumbas, como “socialistas primitivos”.Más recientemente a finales del siglo IXX y después en el XX, se habló de socialismo utópico y con los aportes invaluables de Karl Marx, Federico Ángel, Lenín y otros, se discutió entonces de socialismo científico. Como podemos observar, Los fascistas; los falangistas; la derecha y la izquierda, el feudalismo en su momento, la burguesía, la pequeña burguesía (hoy clase media), y el proletariado han hablado del socialismo. Unos por razones de convicción; otros, para darle una fachada a su propuesta y continuar engañando a la gente, terceros para soportar sus propias tesis político filosóficas y más recientemente quienes comenzaron a utilizarlo para darle rostro “bondadoso” al capitalismo y así no develar las contradicciones existentes en términos de explotación y lucha de clases.En nuestro país, los copeyanos se denominaban socialistas y pasaron a llamarse socialcristianos. Los adecos por su parte y siguiendo la línea de la última internacional socialista de la que son miembros (como otros tantos en nuestro Continente), también socialistas adoptaron la denominación socialdemócratas.Los sectores revisionistas de la izquierda devinieron también en socialistas cuando se separaron del partido comunista dándole paso a una gama de partidos que hoy todos conocemos. A partir de los años 60 del siglo pasado, como respuesta a la crisis del “socialismo real” en toda Europa y el resto del mundo, comenzaron a revisarse y nacieron denominaciones socialistas de tal o cual extirpe, para diferenciarse de los soviéticos y otras experiencias; infelizmente, algunos de ellos en paralelo, se preparaban hacia una supuesta apertura ideológica tal que muchos quedaron entrampados en la perspectiva “democrática” que desde el capitalismo lanzaban dizque con rostro humano. A la luz de lo anterior y siendo que nosotros hemos comenzado a hablar de Socialismo del Siglo XXI (para denominar nuestra propia experiencia), sin embargo nos nace la inquietud de saber cuáles serán los verdaderos derroteros toda vez que, al interior del movimiento político que lidera el Comandante Presidente, conviven distintos sectores (intereses y pensamientos), los cuales con seguridad intentarán lo mejor de cada uno de ellos (más allá del discurso de la unidad), para direccionar (y por que no pasar a controlar), el devenir histórico del pensamiento político venezolano que se está gestando. Dicho de otra forma y en lenguaje llano, poner la brasa pa´ su sardina. De hecho, tenemos conocimiento de cómo dirigentes de partidos políticos (de la derecha y de la “izquierda”), han instruido a su militancia para que copen los espacios populares y así pasar a controlar las esferas del poder real; por lo que por ejemplo, algunos Consejos Comunales por citar sólo uno de esos espacios primarios del poder popular, están siendo secuestrados bajo la óptica de la visión perversa de la representatividad y del partido o la democracia y el socialismo que en términos de participación popular (visión restringida), aun persiste en determinados círculos políticos. Para algunos (gracias a Dios son pocos), la idea de democracia participativa y por ende el socialismo y el partido, lo reducen a la idea de, “te participo esto”, “te participo aquello”, “te participo lo otro”; por lo que debemos comprender que la IV república está vivita y coleando y si nos descuidamos, nos derrotan. Los venezolanos vivimos por más de cuarenta años bajo la dictadura de un régimen democrático burgués que castró, a la sombra de la representatividad, toda posibilidad de ejercicio de poder popular; de manera que podemos afirmar hoy, que el “ADN político” de la mayoría de los ciudadanos no está realmente en sintonía (es una verdad cultural ineluctable), con la línea correcta del socialismo en tanto vía para la retoma del poder por el pueblo. Esto último deberemos tenerlo muy en cuenta. Nos atrevemos a señalar que la gran mayoría de la “dirigencia” no tiene la menor idea del socialismo que se aspira como proyecto. De ese, mediante el cual se le trasfiere al Pueblo, al Soberano, por la vía de la democracia participativa, el protagonismo histórico a los fines de construir pero también consolidar la propuesta revolucionaria y antiimperialista que lidera el Comandante Presidente, Hugo Chávez. Por ello sostenemos que solo los ciudadanos organizados (en un partido), y concientes (formándose ideológicamente), al lado de una vanguardia políticamente sólida (bajo la égida de una teoría revolucionaria), con una plataforma y una agenda política liberadora, serán capaces de construir una sociedad verdaderamente socialista.
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