Fuente; Aporrea.org: Los periodistas de Globovisión Carla Angola y Del Valle Canelón, y Luis Alfonso Fernández y Manuel Sáenz, de Venevisión, ocultaron información al pueblo venezolano sobre lo que verdaderamente estaba ocurriendo durante el tiroteo que produjo la mayor cantidad de muertos en las calles de Caracas. Así lo señaló este Martes Santo, en una edición muy especial de La Hojilla, Antonio Molina, abogado acusador de los ex efectivos de la Policía Metropolitana (PM) y los ex comisarios Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovis, que resultaron sentenciados a 30 años de cárcel por los homicidios perpetrados contra venezolanos en la avenida Baralt y Puente Llaguno, en la avenida Urdaneta, durante el transcurso del golpe de estado del 11 de abril de 2002. En esta histórica edición de La Hojilla, Molina reveló detalles interesantes sobre este proceso judicial, y dijo que además de emitir la primera condena contra algunos de los culpables materiales de la masacre, establece un hito sobre el golpe de Estado que se fraguó, y abre la puerta para que la Fiscalía impute a otros participantes que actuaron y hoy se encuentran escondidos.Molina dijo que en el juicio se ventilaron pruebas fotográficas, de video y sonoras que evidencian el desarrollo de un plan desestabilizador, que tenía a la Policía Metropolitana como brazo armado de los golpistas, y que ejecutó la muerte de venezolanos para justificar el derrocamiento del Gobierno Constitucional.Señaló que la directiva de la PM, cuyos integrantes eran imputados en el juicio, se vieron obligados a identificar a los policías que habían sido fotografiados y filmados disparando indiscriminadamente, luego que por varios meses se negaron a las peticiones del tribunal. Asimismo, nunca entregaron las grabaciones radiales que se hicieron al Centro de Operaciones (COP). La casualidad fue la que permitió que se entregaran 15 cintas grabadas, de un total estimado de 200, que fueron encontradas durante una toma de la sede en Cotiza, por parte de policías que reclamaban reivindicaciones meses después del golpe. En estas conversaciones radiales, se identificaron plenamente las voces de Vivas y Forero, entre otros, que giraban órdenes a sus subalternos para que provocaran el caos, y evitaran disparar contra otros efectivos del cuerpo, que se encontraban en edificios cercanos.Igualmente, reveló que Simonovis estuvo siempre acompañado por un jefe de seguridad de la Embajada de EEUU en Caracas, identificado como Marcelo Sanabria, el mismo que aparecería después escoltando al dictador Pedro Carmona Estanga, con un impresionante y sofisticado armamento de guerra y cuya fotografía dio la vuelta al mundo. Entre otras revelaciones, Molina describió la actuación en el juicio de Emidio Delgado, el oficial con más años de experiencia en la PM que fue dejado de lado por sus superiores para que no estorbara en la ejecución del golpe, puesto que sabían que este funcionario no participaría en la conjura.Las declaraciones de Delgado en el estrado, fueron una de las claves que permitió descubrir cómo -a través de extrañas instrucciones que recibió de Simonovis- la marcha que la oposición desviaba hacia el centro estaba dirigida hacia un matadero.Periodistas que ocultaron información: En una de sus intervenciones, el abogado que representó a las víctimas y familiares de fallecidos de ese día, describió la conducta que periodistas como Carla Angola y Del Valle Canelón, empleadas de la empresa Globovisión, mostraron su incomodidad cuando debieron reconocer que conocían que los policías disparaban con armas no reglamentarias a personas que se encontraban en Puente Llaguno, en la concentración que defendía a Miraflores. Esta confesión, sin embargo, no fue casual, puesto que fue producto de una prueba que no pudieron desconocer, sobre un breve avance informativo transmitido durante los sucesos, en el que Canelón le reporta a Angola que los policías disparabann al puente. Este video, que permitía visualizar una amplia vista al sur del puente Llaguno y toda la extensión de la avenida Baralt donde se comprobaba que no había marcha alguna y sólo se encontraban los policías disparando hacia el norte, nunca fue nuevamente transmitido; en su lugar, la empresa Globovisión decidió ocultarlo. Posteriormente se usó como material silente en el programa Grado 33, señalando que el mismo era de un videoaficionado. Por su parte Luis Alfonso Fernández, periodista de Venevisión que grabó el video de los bolivarianos que disparaban hacia el sur del puente, debió confesar en el juicio que "nunca tuvo visual" hacia el sitio donde disparaban, puesto que la perspectiva de su cámara no lo permitía.Este video fue utilizado por la empresa Venevisión para editarlo, colocarle imágenes de quienes disparaban con armas cortas desde el Puente y escenas de los caídos en la Baralt. En la noche, el periodista Manuel Sáez, quien además es profesor universitario, presentó el video y en la transmisión pública aseguraba que disparaban contra indefensos marchistas de la oposición. Luis Alfonso Fernández dijo en el juicio que él nunca supo por qué Sáenz decía lo que dijo, puesto que nunca estuvo presente en el sitio ni sabía a quienes disparaban.Sin embargo, Fernández aceptó meses después del golpe el "Premio Internacional de Periodismo Rey de España" por este video, que Venevisión publicitó como una evidencia de la calidad periodística de quienes trabajaban allí. El abogado Molina -como anécdota- refirió que en el juicio Fernández reconoció que el dinero que le entregaron por el premio nunca lo compartió con los camarógrafos que tomaron las imágenes.Molina expuso que Venevisión montó un "fraude periodístico", mientras los periodistas de esa empresa y de otros canales que sabían la realidad, callaban y ocultaban la información real que merecían los venezolanos.Sobre el "periodista" Manuel Sáenz, quien se prestó a ese engaño público sin precedentes en la historia venezolana, Molina dijo que seguía dando clases en la universidad, y continúa trabajando en los programas de noticias de Venevisión, como si nada hubiera pasado.
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